
La luz que nos separa del cosmos
Durante
las últimas décadas se han venido instalando observatorios en el norte de
Chile, en la zona reconocida por los expertos como los mejores cielos del
hemisferio sur a nivel planetario para realizar observación astronómica de carácter científico. En
la actualidad, se estima que Chile ya concentra cerca del 40% de la capacidad
de la observación astronómica a nivel mundial, pero esa cifra debiera
incrementarse a un 70%.
Aproximadamente
para el año 2025 debieran ya haber entrado en funcionamiento una serie de
telescopios gigantes de última generación. Toda esta nueva tecnología busca responder
una de las preguntas más importantes las
que permanentemente se enfrenta la humanidad: ¿hay vida fuera de nuestro
planeta? Pues bien, los expertos aseguran que eso será posible responder en los
próximos años desde el norte de Chile.
Uno de los grandes desafíos a los que deberá enfrentarse la incorporación de esta tecnología, es competir con otro aspecto del desarrollo de la humanidad: el crecimiento demográfico, una de las consecuencias de ello es la contaminación lumínica. ¿Qué es? El brillo o resplandor dirigido hacia el cielo nocturno, que no es aprovechada para iluminar de manera óptima afectando la observación del cielo e incluso la vida de los organismos del planeta.
Hay investigaciones recientes que evidencian que la luz artificial que generamos los humanos tiene nocivos efectos en muchas especies; desde tortugas marinas que, al nacer, en vez de adentrarse en el océano quedan varadas en tierra confundidas por el efecto de las luces; asimismo ocurre con millones de aves que mueren encandiladas al chocar con edificios excesivamente iluminados; otro caso de estudio es que muchos insectos son atraídos hacia la luz sintiendo una “atracción fatal” incidiendo negativamente en su ecosistema, puesto que existen otras especies que dependen de dichos insectos para alimentarse o incluso como método de polinización; también se han estudiado casos en que algunas aves migratorias que se equivocan y migran muy temprano o muy tarde debido a la confusión por el exceso de luz artificial.
En el caso de los humanos también tenemos
procesos internos de los que no estamos conscientes pero que dependen de la
intensidad de la luz, a esto se le ha denominado “ciclo circadiano”, que es el
patrón de dormir-despertarse regulado por el ciclo día-noche. Sin ir más lejos,
nuestro cuerpo produce una hormona llamada melatonina que se secreta
exclusivamente durante la noche y que ayuda al organismo a mantenerse saludable
induciendo al sueño nocturno y estimulando su sistema inmunológico, entre otras
cosas. Si nuestro organismo se enfrenta a una alta exposición nocturna a la luz
entonces se verá directamente afectada la producción de Melatonina.
La
luz blanca fría de algunas lámparas fluorescentes emite gran cantidad de
radiación en el color azul que lo convierte en perjudicial para el medio
ambiente, la salud de las personas y también para la astronomía. Dicha
característica está también contenida en la mayoría de las luces tipo LED
(usados para exteriores); así también las pantallas de televisores,
computadores y otros dispositivos electrónicos. Es por todo esto entonces que
se el Decreto Supremo N° 043 del Ministerio del Medio Ambiente (en vigencia
desde mayo del 2013), pretende regular la contaminación lumínica en alumbrados
exteriores, regulando avisos publicitarios, letreros luminosos, etc.
A
partir de mayo 2019 la norma sería obligatoria, sin embargo no se han hecho efectiva las fiscalizaciones por la
Superintendencia del Medio Ambiente, la cual debiera sancionar el incumplimiento del DS 43. La
aplicación de esta norma, además de disminuir el impacto mencionado en los
ciclos humanos, pretende no sólo beneficiar al turismo astronómico y el
desarrollo científico de las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, sino
que también busca optimizar el uso de los recursos, ya que algunos cálculos estiman
que el gasto energético se podría reducir entre un 20% y hasta un 40%.
Por
último es importante señalar que en los últimos años UNESCO y otras entidades
internacionales están avanzando en la elaboración de recomendaciones para una
eventual postulación para establecer que los cielos del norte de Chile estén
considerados en la Lista de Patrimonio de la Humanidad.
FUENTES:
- Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC): http://www.sec.cl/portal/page?_pageid=33,5517702&_dad=portal&_schema=PORTAL
- Biblioteca del Congreso Nacional: https://www.leychile.cl/Consulta/listaMasSolicitadasxmat?agr=1020&sub=518&tipCat=1
- Ministerio del Medio Ambiente: http://portal.mma.gob.cl/expertos-mundiales-analizan-amenazas-de-la-contaminacion-luminica-en-la-region-de-coquimbo/
- Sociedad Chilena de Astronomía y contaminación lumínica: http://sochias.cl/contaminacion-luminica/
- Oficina de Protección de la Calidad del cielo del Norte de Chile: http://opcc.cl/cielos-de-chile/